20 febrero 2015 / por Orliana
Más de 100 alumnos de México, Colombia, Venezuela, Centroamérica, Estados Unidos, España, Argentina, Bolivia, obtuvieron su certificación en coaching ontológico por medio un intenso y transformador proceso de formación, obtenido en la generación 43º del Programa ABC Hemisferio Norte 2014, «The Art of Business Coaching» de la Escuela de Coaching Ontológico de Rafael Echeverría, ECORE.
El programa facilitado por Rafael Echeverría, autor de ontología del lenguaje, Alicia Pizarro, directora de la ECORE y con el apoyo del importante equipo internacional de coaches supervisores, se llevó a cabo a lo largo de 10 meses con conferencias en México y Colombia.
El ABC Hemisferio Norte, «The Art of Business Coaching», otorga a sus participantes la certificación en coaching ontológico que los acredita a ejercer en cualquiera de los países de la red de Newfield Consulting, así como también, dicha generación, puede convalidar el programa como postulo que conforma la primera parte del Magíster en Coaching Ontológico Avanzado otorgado en alianza con la Universidad San Sebastián de Chile.
Con las competencias adquiridas, esta nueva generación de coaches ontológicos, están entrenados y habilitados para realizar importantes procesos de aprendizaje e intervención a nivel de competencias genéricas, tanto en sus entornos organizacionales, sociales, y principalmente en el plano individual y de desarrollo personal.
Asimismo, durante el proceso, lograron elevar su efectividad personal y profesional, desarrollar y optimizar redes conversacionales efectivas, mejorar la coordinación de acciones para guiar equipos de alto desempeño, avanzar en la instalación de prácticas relacionales para la efectividad, desarrollo hacia el logro de resultados integrales y éticos, así como también obtener un dominio óptimo de los conceptos o distinciones esenciales de la Ontología del Lenguaje, necesarios para ejercer como Coach Ontológico.
Felicitamos y nos enorgullecemos de esta nueva e importante generación y compartimos a continuación, el discurso de Nora Tassistro, coach ontológica senior, socia y directora de Newfield Consulting Argentina y coordinadora académica del ABC Hemisferio Norte, «The Art of Business Coaching» 2014:
Me toca hoy el tremendo desafío de hablar en representación de Newfield Consulting y de nuestra ECORE, escuela de Coaching Ontológico Rafael Echeverría.
Y para hablarles desde este lugar, quiero remontarme a un año atrás, antes de realizar el cierre del ABC que desarrollamos en el 2013 y cerró en el 2014. Tuvimos una reunión de socios, acá en Mexico, en la ciudad de Querétaro.
Siendo una de las socias de Newfield en Argentina y participando de ese encuentro, Rafael lanza una pregunta que nos coloca a todos en la búsqueda de su respuesta:
¿Que nos convoca, cual es la voz que escuchamos al elegir trabajar en Newfield?
Y las respuestas fueron variadas, con diferentes músicas: algunas vinculadas a la empresa, otras al de formar coaches ontológicos y otras, entre las que me encuentro, escuchamos una música que viene de la mano de la distinción “transformación”: nos convoca el deseo de ser agentes de transformación.
Algunos, movidos por un camino ya iniciado de mirar al ser humano como un misterio infinito, con capacidad de transformarse y transformar…
Otros, descubriendo esta posibilidad de la mano de la propuesta ontológica… disciplina desarrollada por Rafael Echeverría y Alicia Pizarro, que recorta un territorio de investigación y una didáctica del proceso formativo de coaches ontológicos.
Todos, convocados por esta particular música de la transformación, que nos permite mirar el ser que somos a partir de lo que hacemos, transformar aquello que en algún momento de nuestras vidas, nos duele, facilitando la transformación en nosotros y en otros. Y esos otros pueden ser personas, grupos, equipos, empresas…
En Argentina, hace ya muchos años, se filmo una película que se llamo “Un Lugar en el Mundo” y recorría la vida de diferentes personas que en esa búsqueda no ahorraban entrega. Cada uno a su manera, con sus valores, entregaba pasión, trabajo, autoridad, dinero… hasta llegar uno de los personajes centrales de la película, a entregar su vida, por una causa…
Recordé esa película cuando me dispuse a escribir estas palabras y sentí mucha emoción, me conmueve recordarla, recordar esa entrega y como soy coach, al ladito de la emoción viene la pregunta, y para qué la recordaste, qué te conmueve? Creo que me conmuevo porque formar parte de este proyecto, es mucho mas que formar parte de una empresa…
Creo que algunos de los que elegimos estar nos da “un lugar en el mundo… “. Ahora me pregunto y les pregunto, en qué mundo?
Un mundo que miramos con unos lentes particulares. ¿recuerdan cuando vimos en la primer conferencia la distinción del observador? ¿la invitación de Alicia de colocarnos unos nuevos lentes?
Esos lentes quiero compartiese que desde mi mirada es el aprendizaje más fuerte que entregamos y que si logramos hacerlo cuerpo y emoción (no solo lenguaje), muchas de las peleas, los conflictos que habitamos en este mundo serían menores, porque entenderíamos que solo son lentes… que no es “la” realidad….
Y cuanto nos cuesta!!! 10 meses de ABC, 11 meses de avanzado sólo nos permite acercanos a esta utopia de sabernos poderosos e incompletos, sabios y humildes, observadores de una realidad que es eso, “una” realidad… “un” lugar en el mundo.
¿Por que llamo utopia a sabernos poderosos e incompletos, sabios y humildes? Porque creo, junto a Eduardo Galeano (escritor uruguayo), en esas obras siempre inconclusas, pero no por inclusas menores… esas obras a las que estamos convocados como seres humanos que somos y tenemos que estar atentos en cada paso que damos a no traicionarnos…
Hoy ustedes egresan de esta escuela al mundo, como coaches ontológicos, y es mi deseo que cada uno de ustedes lleve a su mundo “un lugar” que les permita vivir una buena vida, con una convivencia que respete las diferencias, que se desafíen a escuchar el bien, que hagan cuerpo que entender no implica aceptar y que aceptar no implica compartir y que puedo mantenerme en esa tensión creativa.
Hace unos años, en un encuentro en el que Rafael presentaba qué tipo de coaching caracteriza nuestra escuela, traía la metáfora que si nos pusiéramos un distintivo, escribiría 3 palabras y ellas son:
Recuerdo que al escucharlas me sacudí y luego, al entrar y detenerme en el alma de cada una de esas distinciones sentí que yo elegía colocarme ese distintivo.
1. Miramos la rigurosidad en el dominio de la disciplina que constituye el discurso ontológico, junto a una didactíva y una practica con que compartimos nuestra enseñanza, desarrollando estándares para evaluar lo que hacemos, que en cada proceso revisamos, incorporando mejoras que nos permitan medir algo tan hermoso y complejo como es una interacción de coaching, un proceso conversacional atravesado por fases y por un efecto sistémico que es mucho más que la suma de sus partes.
Que es magia y que es metodo…
2. La ética en la que nos paramos, que tiene su cuerpo en 6 ejes:
Ese amor incondicional al otro, disposición con la que nos acercamos al momento de iniciar una interacción de coaching: estamos para el otro, no para nosotros ni nuestro lucimiento sino para aquello que le permite a ese otro diseñar un camino diferente para su dolor.
Ese otro que en ese momento me entrega su alma.
“conozca todas la teorías. Domine todas las técnicas, pero al tocar un alma humana sea apenas otra alma humana”
Frase dicha por Karl Jung que siento hace mucho sentido a esto que nombramos como “amor incondicional por el otro”, que solo lo logramos si conectamos con nuestra propia alma… con nuestro corazón…
Y también tenemos que poder mirar al otro y mirarnos a nosotros mismos con compasión, esa pasión amigable, que cuida, que protege, que nos protege.
3. Y la efectividad, ¿qué efectividad? Los invito a colocar el osar en la mano, y desde allí mirar nuestro coaching, que busca generar nuevos resultados, en aquellos dominios donde esos resultados me duelen, quisiera que fueran diferentes…
Un OSAR que si bien está en mi mano, me gustaría traerles la imagen de una mano que sostiene al mundo… esos resultados no son solo en mi… en la medida que vivo en un sistema, ese cambio de resultados afecta y es afectado por el mundo que me rodea…
“un” lugar en el mundo es solo eso… “un” lugar en este mundo… un mundo que habita una era y desde mi sentir, como dice el poeta:
“una era que está pariendo un corazón…
no puede mas, se muere de dolor,
y hay que acudir corriendo pues se cae el porvenir
en cualquier selva del mundo
en cualquier calle…
por cualquier hombre del mundo,
por cualquier casa…”
Y allí estamos nosotros, coaches ontológicos, con nuestro distintivo en el corazón, como parteros de esa nueva vida, ojalá, de una nueva era…
Gracias!
Nora Tassistro
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