Bitácora en 150 Palabras: Las lágrimas necesitan testigos
Reflexión de Alicia Pizarro Domínguez, Coach Ontológica Senior. Socia Fundadora de Newfield Consulting y Directora de la Escuela de Rafael Echeverría.
27 de junio de 2021 – La Florida, USA
Hace tiempo escuché la frase “el amor necesita testigos”. Me chocó, me descompuso ¿Cómo “testigos”? significa acaso que el amor no tiene un valor en sí mismo, sino que requiere el valor que otorgan los ojos de otros. El amor no vale porque lo sienta, o por su poder transformador de la vida, sino porque el mundo, la sociedad, los demás lo perciben y lo celebran. Terrible me pareció en su momento.
Hoy descubro que, tal vez, en algunas circunstancias, son las lágrimas las que necesitan testigos. El dolor profundo, ese dolor tan oscuro que no puede ser expresado, que de tan hondo y tan lacerante no sale del rincón más escondido del alma. Ese dolor, solitario y existencial, no produce lágrimas. Pero, cuando hay un otro que extiende su mano, y toca, a veces sin saber que lo hace, el límite, esa membrana que separa el afuera con el adentro, las lágrimas aparecen incontenibles. Un río de lágrimas que no curan, pero alivian. Y tal vez, en algunas circunstancias, ese alivio genere una planta, esa planta genere una flor.