No quiero ser adulto y todos me dicen: La vida es así.
La vida que tengo es decision mia. Trata de ser consciente de las decisiones que tomo y de poner en duda el juicio de “la vida es así”. La vida NO ES “así”. La vida “es” como decidamos construirla, la vida es MI diálogo con ella.
Creemos que la única opción es ser funcionales a un sistema de tiempo ajeno, que me mantiene ocupadx sin descanso hasta que mi cuerpo y mente ya no permitan me haga cargo de mi autonomía. Cooperar con el sistema es una decisión válida y respetable, siempre y cuando sea una decisión desde mi legítima independencia.
Somos una generación consciente que se esconde en la superficialidad, en la comida saturada, en el gimnasio, en el alcohol. ¿De qué nos escondemos? Somos una generación que cree que es demasiado joven todavía y que no quiere ser adulta. Y claro, si la adultez que nos recibe es rígida, triste, sufrida, amarga, sacrificada, resignada y resentida de nuestra juventud. Cómo elegir ser adulto si los adultos a mi alrededor están cansados, angustiados, ensordecidos por la flamante bandera del sacrificio. ¿Estamos dispuestxs a sacrificarnos? ¿Renunciar o someterse, son las únicas opciones?
Yo no quiero estudiar para que mi papá y mamá estén orgullosos. Yo no quiero trabajar para poder pagar 15 días de vacaciones. Yo no quiero vivir para mi jubilación. No quiero casarme para no estar solx. No quiero un título para “demostrar” lo que sé, o para saber más que el resto. Quiero dejar de competir. Soy suficiente y no quiero que nadie me vuelva a amenazar con lo contrario. Quiero una respuesta distinta. Quiero saber que no estoy solx.
Esto no es una crítica a las generaciones previas. En general, dejan un gran legado de cosas positivas, se han sabido adaptar a los cambios y desafíos de su tiempo y sin duda han hecho lo mejor que han podido para construir vidas dignas, con su cantidad de miseria pero también felicidad y satisfacción.
Este escrito pretende ser un llamado de esperanza para nuestra generación. Busca que cultivemos empatía y que nos hagamos conscientes de nuestra capacidad de creación de formas de vida nuevas, auténticas, alineadas con nuestras necesidades, criterios y expectativas.
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