¿Para qué sirve la consultoría en las empresas?
Esta disciplina contribuye tanto a personas como en las organizaciones, a mejorar la calidad de sus redes conversacionales y a preparar a sus líderes a crear horizontes distintos para generar posibilidades para desenvolverse en un mercado altamente globalizado, multicultural y flexible.
Según Rafael Echeverría, filósofo chileno estadounidense, el coaching ontológico “puede ayudar a los directivos a realizar procesos de transformación que, por su cuenta, no podrían acometer. Echeverría entiende que los seres humanos son seres lingüísticos: se crean a sí mismos en el lenguaje y a través de él.
En este sentido, la práctica del coaching ontológico se basa en un tipo de conversación e interacción por medio de la revisión, aprendizaje de distinciones y competencias, sustentadas en la Ontología del Lenguaje. Esto permite a los líderes, convertirse en importantes agentes de transformación y cambio capaces de enfrentar escenarios complejos, mejorar resultados, guiar y acompañar a sus equipos hacia un alto desempeño.
Respecto a la calidad de las redes conversacionales en las organizaciones, Echeverría explica agrega en su libro “La empresa emergente” que: “Comprender los componentes de una conversación y sus tipologías, permite el directivo reconocer en otros y poner en práctica el mismo, esas competencias para participar en conversaciones que sean efectivas y exitosas pero no solo eso, sino que le posibiliten a utilizar el poder de las conversaciones para abrir y gestionar nuevos espacios, crear horizontes distintos y expandir posibilidades, pues el hecho de diseñar conversaciones productivas, puede ser la habilidad más importante para una organización que tiene como tarea principal la inserción en un mercado altamente globalizado, multicultural y flexible”.
Las organizaciones en general y las empresas en particular, son una red de conversaciones, en conversaciones con un entorno, un sistema. Es por ello que la efectividad de esa empresa/organización depende de la calidad de esas redes conversacionales. Es por ello, que la “ontología”, o la forma de concebir los diferentes desafíos, así como también las competencias conversacionales de los miembros de un equipo, y de forma central, las de su líder, determinan la “salud conversacional” de ese sistema humano y los resultados que juntos puedan alcanzar.
Los problemas que están enfrentando las organizaciones desde 2020 en adelante, ha creado dilemas inéditos en la cotidianidad de los equipos y una de las manera de sobrevivir, de prosperar consiste en estar en un proceso de permanente transformación. De manera que esto les permita adecuarse a los cambios en el entorno y de poder incidir y devenir en ellos.
Para enfrentar dicha complejidad, las empresas están teniendo la necesidad de gestionar un nuevo discurso estratégico donde se habla de “cambios transformacionales”. Cambios de comportamiento, de una mayor sensibilidad humana, de mayores vínculos con las comunidades donde funcionan y con los distintos sectores sociales con los cuales los directivos de una empresa tiene que conversar para poder crear esa “viabilidad”.
El trabajo híbrido, donde conviven trabajadores que pueden ir a la oficina, con personas que se mantiene en el espacio digital, demanda una intervención en “nuevas prácticas” que permitan una forma de relacionamiento entre los miembros de un equipo y la instalación de “competencias conversacionales, emocionales y corporales” en función de mejorar el funcionamiento de un equipo.
¿Para qué sirve la consultoría en las empresas?
La pandemia en estos más de dos años de proceso, produjo que los equipos atravesaran momentos emocionales muy intensos, desde ansiedad, miedo, desesperanza y los directivos se encontraron frente a estas emociones, sin saber qué hacer. Por ello, a través del uso de una plataforma distinta, donde enfrentar nuevos desafíos y el aprendizaje ciertas “competencias” claves, la consultoría ayuda a gestionar de manera más productiva las emociones y por ende los resultados de los equipos.
Alicia Pizarro Domínguez, CEO Red Global de Newfield Consulting, explica cuáles son los niveles desde donde se trabaja en la intervención de la consultoría ontológica y el coaching: “Trabajamos en tres niveles, el primero: el personal, donde acompañamos a las personas para generar cambios profundos, sostenidos en el tiempo, que les permitan hacerse cargo de esta complejidad. El segundo nivel, es con los equipos en función de generar una dinámica mucho más productiva y adecuada a estos desafíos. Y el tercero, es en la cultura de la organización donde intervenimos para generar una red de conversaciones distinta, que vaya permitiendo que la cultura evolucione, Éste nivel es más lento y el que puede ejercer transformaciones más profundas y sostenibles en la organización”.
Otra de las competencias que se entrena y que se trabaja fuertemente es “la escucha” en profundidad por parte de los directivos. Escuchar en un nivel que genere cambios internos y de la organización donde están involucrados. Pizarro Domínguez agrega en este sentido: “La escucha ontológica, es una escucha que se entrena y es una de las competencias que trabajamos con fuerza. Significa escuchar las oportunidades, la innovación que necesito dentro de la oferta que soy o que somos para el mundo”.
En definitiva, lo que se busca es que a través de la incorporación de dichas competencias, se optimice una nueva forma de mirar el mundo, de aprender, emprender y conversar para trabajar. La finalidad es lograr un aprendizaje ontológico y una profunda transformación que permita solventar el riesgo de la obsolescencia que día a día amenaza a las organizaciones por medio de la incertidumbre.