Susana Rubin nos cuenta su inspiradora historia: “Aprendí a escuchar a los niños a través de la pintura y sus abrazos”
Susana Rubin, coach ontológica de Newfield Consulting es directora de Pintando Esperanza, fundación que busca entregar las herramientas necesarias -a través del arte y la ontología del lenguaje- para que la comunidad de Oaxaca pueda superar sus necesidades educacionales y sus problemas sociales.
Del mundo empresarial a la ayuda comunitaria. La historia de Susana Rubin es inspiradora y esperanzadora, y comienza con el viaje de autoconocimiento que Newfield Consulting le entregó, a través de la Escuela de Coaching de Rafael Echeverría (ECORE) y el programa ABC Sur. “Mi madre me invitó a formarme como coach y yo acepté la aventura, pensando en incorporar este aprendizaje a mi trabajo con los líderes de la empresa en la cual trabajaba. Nunca pensé que, después de escuchar a Rafael Echeverría, iba a despertar” cuenta Susana, rememorando sus primeros acercamientos a la ontología del lenguaje.
“Después de certificarme seguí por el camino del coaching apoyando a los directivos con sus problemas y formas de ver la vida, y comencé a conectarme con el núcleo del otro, con su enorme poder transformación. Así empecé a descubrir a las personas desde un lugar muy profundo, y me llené de nuevas habilidades y herramientas que me permitieron entrar a tantos mundos como personas tuve enfrente”, recuerda.
Y tras este renacer, Susana se sumergió en el mundo del silencio y el arte. “Me fui a Argentina y decidí entrar en la pintura. Me tomé un tiempo y me atreví a sacar todo lo que había en mí. Hice un trabajo profundo de conexión a través del cual surgió la idea de tener una fundación”. Luego de ese período en Argentina, Susana volvió a México y fundó Pintando Esperanza, fundación que buscaba, en una primera etapa, construir una escuelita para los niños de una comunidad vulnerable en Oaxaca. Sin embargo, la realidad social de aquellas familias despertó en Susana el deseo de ayudarlos de una manera más amplia, a través de sus conocimientos y aprendizajes. “Lo primero que hice fue escuchar a los niños a través de la pintura y de sus abrazos, y me conecté con la extrema pobreza, la desnutrición, las carencias afectivas, la violencia, las necesidades de mejor transporte, salud, y educación. Me di cuenta que necesitaban ayuda, pero no de manera asistencial, sino a través de su propio esfuerzo, en sincronía con el apoyo de profesionales y voluntarios que se han sumado a los distintos comités que ofrece la fundación”.
Pintando Esperanza
El proyecto actualmente ofrece ayuda a través de seis comités: Construcción, Salud, Sustentabilidad, Arte, Psicología y Tecnología. La fundación busca entregar las herramientas (instrumentos y conocimientos) para que la propia comunidad pueda superar sus problemas de manera colectiva y colaborativa, haciéndose cargo de sus propias necesidades.
Para Susana, es fundamental estar presente en el proceso de cambio, y por eso, cada acompañamiento dura al menos tres años. “Actualmente apoyamos a seis comunidades distintas, las que son visitadas por nuestra brigada dos veces a la semana. Yo trabajo con los líderes de estas comunidades a través del coaching, y con los niños a través del arte. Somos ocho personas estables, pero es impresionante lo que pasa cuando ayudas, porque se abren muchas puertas y se generan nuevas alianzas. Además de la fundación, tengo una comunidad de más de 800 mujeres bordadoras con las cuales generé un ciclo virtuoso que me permitió fundar la Galería Rubin, que ofrece distintos elementos bordados según la tradición de esta zona de México. Gracias a estas mujeres, y a la donación de privados, hemos podido generar recursos para mantener la fundación, que ahora sigue pensando en ampliar su ayuda”.
En concreto, los planes de Susana buscan construir un nuevo espacio llamado Centro Educacional El Puente, una escuela en la cual la ontología del lenguaje sería parte fundamental de las enseñanzas y aprendizajes. “Quiero que las personas puedan incorporar las herramientas de la ontología en sus vidas. Estas comunidades necesitan ser acompañadas desde la infancia, no solo con educación formal, sino con las competencias que el coaching les puede entregar para enfrentar la vida adulta con mejores oportunidades”, comenta Susana, sintiendo que aún hay mucho por entregar.
Si quieres conocer más sobre el proyecto, ingresa a Pintando Esperanza. En el sitio web podrás revisar su misión, visión y estructura, y podrás hacer tu donación para seguir apoyando el sueño de Susana y de las comunidades de Oaxaca.