11 agosto 2014 / por Orliana
Entrevista realizada por Walter Costa para gestionando.biz
SIN TRAJE: RAFAEL ECHEVERRIA
Vive en: American Airlines
Familia: Esposa (Alicia) y 4 nietos
Pasatiempos: Leer bastante y escribir algo
Una canción: No sabría escoger una
Libro preferido: En general filosofía. Mucho Nietzsche.
Rafael Echeverría un experto en Coaching Ontológico nos regaló esta entrevista imperdible sobre la importancia del Coaching, cómo aplicarlo y el lenguaje de las marcas.
El Ph. D. Rafael Echeverría es un experto en Coaching Ontológico. Graduado como Sociólogo por la Universidad Católica de Chile y Doctor en Filosofía por la Universidad de Londres. Autor de numerosas obras vinculadas al tema central de esta entrevista. Con más de 20 años de trayectoria Es Fundador y CEO de NewField Consulting y un conferencista internacional muy reconocido.
Le pregunté a Rafael algo que me inquieta sobre la temática abordada. El crecimiento del Coaching como herramienta aplicable a las empresas y desde ya, se advierte de que es una actividad sumamente compleja que requiere de ciertos conocimientos y habilidades necesarios para hacer un Coaching que sirva y de resultados.
Y por último, el lenguaje que usan las marcas cada día más cercano al cliente. Metiéndose en su vida, apropiándose de su lenguaje, de sus valores y aportando significados a sus productos.
Podrían darse muy diversas respuestas a esta pregunta.
El problema más serio que hoy enfrentan las empresas, en el mundo, es que están atrapadas en un modelo gestión obsoleto que obstruye el pleno aprovechamiento de sus potenciales de desempeño. Tal modelo de gestión surge, a comienzos del siglo XX, a partir de la resolución que diera Taylor al problema de la productividad del trabajo manual de esa época. Hoy vivimos un escenario completamente diferente. El entorno es otro. Pero, por sobre todo, el carácter del trabajo ha cambiado muy radicalmente. El trabajador manual de hoy se ha hecho más sofisticado y requiere de competencias que antes no necesitaba. Pero lo más importante es que, desde hace más de 40 años, el trabajador manual dejó de ser preponderante y ese rol fue asumido por el trabajador de conocimiento. Todo esto se traduce en que el modelo de gestión todavía vigente no se adecua al carácter del trabajo hoy existente.
Es muy importante examinar el carácter que posee el trabajo de conocimiento. Éste no consiste sólo en la aplicación de conocimientos previamente adquiridos. Uno de sus rasgos sobresaliente es el hecho de que se ejerce en prácticas conversacionales. Ello implica que los resultados alcanzados resultan de dos factores diferentes: los conocimientos que dispone el trabajador y las competencias conversacionales que en su ejercicio se despliegan. Al interior del debate empresarial se ha ido creando un consenso de que debemos transitar de la figura del “gerente-capataz”, propia del modelo de gestión inspirado en Taylor, hacia lo que ha llamado el “gerente-coach”. En esta nueva figura es preciso integrar muchas de las competencias que caracterizan al Coach Ontológico.
Desde otra perspectiva, es importante entender el carácter propio del Coaching Ontológico. Se trata de una práctica de aprendizaje transformacional que, sustentada en el reconocimiento de que los seres humanos somos seres conversacionales, utiliza el poder de las conversaciones para conectarnos con el inmenso poder transformador que poseemos tanto los individuos, como los sistemas sociales, como lo son las empresas. Una vez que entendemos lo anterior, comprendemos la importancia que posee el Coaching Ontológico para incidir positivamente en la productividad, rentabilidad y competitividad de las empresas. Recurriendo a él, logramos, por ejemplo, incidir en el desempeño de equipos y procesos de trabajo, en la adecuada disolución de conflictos al interior de la empresa, en potenciar los espacios conversacionales desde donde la empresa genera nuevas oportunidades de negocio, en el mejoramiento de las relaciones con los clientes, etc. En rigor, no existe prácticamente área al interior de la empresa en la que el Coaching Ontológico no pueda contribuir.
Son múltiples. No obstante, quiero referirme al menos a una de estas herramientas para así dar una idea del tipo de trabajo que realiza un Coach Ontológico.
Uno de los conceptos claves de nuestra propuesta es el de “competencias conversacionales”. Este es un concepto que resulta del reconocimiento que tuviera lugar a mediados del siglo pasado, del carácter activo y transformador del lenguaje. Con anterioridad, se entendía que el lenguaje era un medio de expresión, fundamentalmente pasivo, que nos permitía dar cuenta, transmitir y registrar, lo que percibíamos, sentíamos y pensábamos. Hoy, en cambio, sabemos que cuando hablamos actuamos y que a través de las acciones del lenguaje logramos que pasen cosas que de lo contrario no sucederían El lenguaje nos permite cambiar el curso de los acontecimientos. El lenguaje genera realidades. Pues bien, si el lenguaje es acción, nos es posible deducir que disponemos niveles diferenciales de competencias en la ejecución de las acciones en él involucradas. Ello da lugar al concepto de “competencias conversacionales”. Éste es un concepto nuevo. En la segunda mitad del siglo XX nadie hablaba de él. Lo importante es que nos permite observar algo que previamente pasaba desapercibido.
Demos algunos ejemplos de estas “competencias conversacionales”: saber escuchar; saber fundar adecuadamente aquellos juicios a través de los cuales interpretamos lo que sucede y definimos nuestros cursos de acción; saber detectar e intervenir en los climas emocionales que inciden en nuestro desempeño; saber pedir y ofrecer de manera efectiva y asumir con impecabilidad el cumplimiento de nuestros compromisos; saber hablar de cuestiones sobre las que previamente callábamos, etc. Estas “competencias conversacionales” nos constituyen en el tipo de ser humano que somos, determinan el carácter de nuestras relaciones personales y de trabajo, y conforman sistemas sociales con capacidades de desempeño muy diferentes.
Una de las herramientas de un Coach Ontológico es su capacidad para detectar que detrás de muchos de los problemas que encaramos hay áreas de incompetencias conversacionales que, al intervenirse, nos ayudan a resolver – y muchas veces también a disolver – muchos de estos problemas. Al ganar competencias conversacionales podemos ahora observar cuestiones que antes no veíamos y tomar acciones que previamente no podíamos.
El concepto de competencias conversacionales juega un rol muy importante en la disciplina del Coaching Ontológico. Se trata de competencias genéricas, que juegan un rol determinante en la vida y en el desempeño de los individuos, independientemente del carácter de las condiciones históricas. Ello implica que, a diferencia de cualquier otra competencia, las “competencias conversacionales” resisten la obsolescencia. Son, además, transversales. Ello implica que están presentes en todos los dominios de nuestra existencia. Quién, por ejemplo, aprende a escuchar, no sólo escuchará mejor a sus clientes y subordinados, sino también a su pareja y a sus hijos. Estas son competencias claves para adaptarnos mejor a los cambios de nuestro entorno y garantizar nuestra sobrevivencia. Pero, por sobre todo, estas son también las competencias más importantes en todos los procesos de transformación en los que participamos, como lo son la innovación y la creatividad, el aprendizaje, el emprendimiento, el liderazgo y la propia gerencia. Es por ello que las destaco como una de las herramientas más importantes del Coaching Ontológico.
Esta pregunta nos conduce a examinar no sólo la comunicación interna al interior de la empresa, sino la comunicación que la empresa como tal mantiene con el conjunto de la sociedad. La empresa es un sistema conversacional. Es una red dinámica de conversaciones en conversación con un entorno. Ello implica que el “ser” de la empresa se conforma, de manera gravitante en estas conversaciones. Si algo caracteriza nuestro trabajo de consultoría es que éste resulta de la pregunta sobre las conversaciones que definen una determinada empresa, tanto en su interior como con su entorno. Ello, más que ninguna otra cosa, es lo que determina el desempeño global de la empresa. Dicho de otra forma, tanto los éxitos como los problemas y los fracasos de una empresa, ponen en evidencia sus fortalezas y debilidades conversacionales.
Pero indicaría otra área que considero gravitante. Vivimos en un mundo de cambio acelerado en el que no sólo vemos las transformaciones de productos y procesos, sino por sobre todo de las preferencias y gustos. Esto último es tanto o más importante que lo primero. Hoy en día una dimensión importante de la publicidad consiste no sólo en escuchar los gustos, preferencias de los consumidores, sino de saber anticipar aquellos que aparecerán en el futuro. Muchas de estas preferencias serán el resultado de cambios en la oferta, pero esta última no puede nunca desentenderse de su capacidad de anticipar aquellos problemas y requerimientos que hoy no existen pero que definirán el mañana. En esta área, las competencias en las que se apoya el Coaching Ontológico pueden resultar de gran utilidad.
Es un placer siempre leer a Rafael, su sabiduría y sapiencia sobre los temas abordados son notables. Es uno de los máximos exponentes de Coaching Ontológico no sólo en Latinoamérica sino a nivel mundial. Como Fundador y CEO de Newfield Consulting, tiene oficina en Estados Unidos, España, México, Colombia, Brasil, Argentina y Venezuela.
Hacia un nuevo ethos en las relaciones de trabajo en las empresas Gestionando.BizGestionando.Biz
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