El mundo binario simplifica, demasiado tal vez. La complejidad a la que nos enfrentamos hoy los humanos parece exigir los matices, los grises, los recovecos. Nuestra mente desarrollada bajo la ontología metafísica se resiste. Es más sencillo cuando solo hay dos cajones donde ordenar todo. El punto es que NO nos está sirviendo para convivir en este planeta de una manera más armónica.